La Infancia

Preguntando a los niños

Es un tópico pensar que los niños dicen siempre la verdad. Es tópico ya que desde la más tierna infancia les enseñamos a mentir, descubren en ello la fascinación de ocultar la verdad a los mayores, sobre todo si esta les perjudica.

Pero hay una gran dosis de verdad en esa frase con la que iniciaba el escrito. Probad si no lo habéis hecho ya a preguntar inocentemente a un niño por algo a alguien, inmisericordes ellos diseccionarán sin dudar el hecho o el personaje, dirán cuáles son sus defectos y sus virtudes.

Evidentemente hay que saber preguntarles porque si ellos sospechan lo más mínimo no dudarán en cerrarse en banda y privarnos totalmente de sus acertados diagnósticos.

Viene a cuento esta reflexión por una anécdota que me ha pasado con mi hijo pequeño, cinco años tiene, es un crio, como todos espabilado y atento a todo lo nuevo que se le presenta. Pues bien hace algún tiempo vino fascinado por su visita al Museo del Prado, con su lenguaje de cinco años nos explico los cuadros que había visto, grandes e interesantes.

Hoy, 22 de Junio ha visitado el Museo de Arte Reina Sofía, al ir recogerlo le pregunté como lo había pasado y que le había parecido el museo, su contestación, rápida y sin titubeos me ha dejado frio:

-       ABURRIDO

-       ¿Pero no has visto cuadros?

-       Si muchos, pero eran un rollo.

-       ¿Qué les pasaba?

-       Eran aburridos.

-       ¿Explícame alguno?

-    Había uno de guerra, con toros y caballos, y del caballo salía una lengua, cortada y en forma de punta.

-       Ah (será el Guernica), ¿y quién era el pintor?

-       Un señor calvo.

-       ¿Picasso?

-       Sí, ese.

-       ¿Qué otros cuadros?

-       Un señor con bigotes alargados, que pintaba raro, no me gustó.

-       ¿Algo más?

-       Si un señor que pintaba estrellas.

-       (Será Miro, digo yo)

Como habéis comprobado el niño, aún aburrido, había pillado los detalles de la visita. Pero lo que me llama más la atención era su definición, los cuadros eran ABURRIDOS.

Me imagino, intentaré que sea así, que con la edad pulirá un poco sus gustos para distinguir obras de arte, o… quizás su gusto ya es el correcto,

¿NO OS PARECE?

Un saludo y nos leemos