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miércoles, 27 de febrero de 2013

Todavía hay vida



Hace más de un mes que no escribo nada en el blog y hoy por fin me he podido sentar ante el ordenador con la suficiente calma como para poder hacerlo.

Las razones de esta parada son varias y se pueden explicar por el cambio de mi situación laboral desde mediados de este mes. Después de año y medio sin trabajo me ha llegado una oportunidad.

No es un trabajo maravilloso, trabajo por horas (8 semanales) en un colegio privado, pero es mi trabajo. Seguro que si alguno de vosotros estáis como yo parados sabéis de lo que hablo. El caso es que cuando me dijeron que iba a empezar a trabajar (primeros de Febrero) me puse de forma frenética a preparar clases y material didáctico para ellas y eso me ha absorbido las pocas horas libres que al día me quedaban. Todo ello me ha impedido poder escribir y comentar las cosas que durante este mes han sucedido, que han sido muchas y sustanciosas.

Así a vuela pluma recuerdo:

La profunda crisis de liderazgo que en España sufrimos por el descrédito de nuestros políticos, algunos de los cuales se lo han ganado a pulso. Da la sensación que los ciudadanos nos encontramos huérfanos de líderes que sean creíbles. Costará salir de esta pero el pueblo español, curtido en mil batallas más problemáticas sabrá salir también de esta.

Nos abruman día sí y día no con nuevas (viejas) historias de corrupción que, y eso es lo único positivo, han empezado todas a salir al mismo tiempo. Quizás peque de optimista pero siempre, incluso cuando Garzón prevaricaba de manera tan clara y contumaz, he creído en la Justicia. Vamos a ver a muchos entre rejas.

Que decir de lo que pasa en Italia, parece que todo el mundo se ha vuelto loco allí, por enésima vez la gente vota a Berlusconi y a ese patán de Grillo, según me he informado una marioneta de quien mueve los hilos en ese movimiento antisistema.

Pero lo más impactante para mi ha sido la renuncia del Papa, no es muy común entre los gobernantes dejar el cargo antes de tiempo, y en el Vaticano los mandatos son de por vida. Sin estar en la mente del Papa, sí da la sensación cuando se le ve y se le oye hablar, que es un anciano abrumado por la responsabilidad y la carga que supone ser el director espiritual de más de 1000 millones de personas. A su alrededor se han dirimido y siguen haciéndolo unas luchas de poder entre facciones de la Iglesia que son muy perjudiciales para el que teóricamente es el mandato de Jesús a sus discípulos "id y contad la buena nueva Dios os ama". Lo que se puede observar actualmente en la Iglesia no es muy edificante. Quizás lo único positivo sea que pensándolo bien este pueda que haya sido, quizás sin proponérselo el primer Papa del siglo XXI, lo digo por el hecho novedoso de dimitir. El nuevo Papa deberá continuar el saneamiento de la Iglesia y su modernización sin perder al mismo tiempo ni una sola de las esencias de esa religión.

Entre tanto problema yo intento y consigo de vez en cuando aislarme y volver la vista a lo que verdaderamente importa la familia. También uno mismo por eso os comento que estoy leyendo a un autor del que soy un fiel seguidor, se trata del novelista polaco Stanislaw Lem, autor consagrado de ciencia ficción, en sentido amplio. En concreto su novela "La fiebre del Heno" que os recomiendo encarecidamente.

Un saludo y nos seguimos leyendo