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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Películas de mi vida parte 2






Las Cuatro Plumas (The Four Feathers) (1939)


    



Pélícula de aventuras dirigida por Zoltan Korda.

Narra la historia de un joven oficial del ejército británico (interpretado por John Clements), amante de la poesía y en contra de cualquier acto bélico, que tras el anuncio de la guerra en el norte del Sudán, presenta su renuncia a combatir, y es repudiado tanto por su general, como por sus amigos, compañeros y por su prometida. Tres de sus amigos en señal de su desprecio, le envían tres plumas blancas, un símbolo de cobardía para los ingleses, a la que se une la de su prometida. Pero el oficial pacifista, disfrazado de nativo, se personará en los distintos puntos en que están destinados sus antiguos compañeros, y tras ayudarles sin que se den cuenta, les irá devolviendo las plumas.

Esta película es un buen ejemplo del mejor cine de aventuras que sembró la base del cine actual, y que a muchos de nosotros nos hizo enamorarnos de él. 

Clásico del cine que tiene en el valor y la lealtad puestos a prueba su hilo conductor. Destacan su esplendorosa fotografía así como la emoción y la grandiosidad de la epopeya que relata.

Existe una versión moderna que no le llega ni al polvo de las botas. 




Murieron con las botas puestas (They Died with their Boots On) (1941)

       


Drigida por Raoul Walsh para la Warner Brothers e interpretada por Errol Flynn y Olivia de Havilland, es una mitificación de la vida del célebre General George Armstrong Custer.

Mítico filme que alterna con excelente habilidad dramáticas secuencias espectaculares con momentos intimistas, siendo un buen exponente de una manera de entender el cine ya desaparecida.

Narra la historia del general George Custer, desde sus días de joven cadete en la prestigiosa academia militar de West Point, hasta su trágica muerte a manos de los indios en la famosa y épica batalla de Little Big Horn, en 1876.

Los días de West Point, la cruenta batalla de Hanover, la retoma del  mando del 7º.  de caballería al ritmo de su “Garryowen” y las escenas que describn lo sucedido en Little Big Horn son destacados episodios épicos que se enmarcan en la más bella tradición del cine de aventuras. 
Walsh ama esta aventura, pero también siente el romanticismo desesperado que desprende Custer cuando dice adiós a su mujer antes de partir a Little Big Horn y a la muerte, murmurando:

 “Andar por la vida contigo ha sido algo muy encantador…”

Como quizás yo no sé describiros bien la belleza de este film, he entresacado de internet unos fragmentos de  la introducción que Garci dedicó a esa película en el programa Que grande es el cine"





El temible burlón (The Crimson pirate) (1952)

   


Dirigida por Robert Siodmak.

Revisitación en clave de comedia de las pretéritas aventuras marítimas de gente como Errol Flynn o Douglas Fairbanks.

Para esta ocasión, son Burt Lancaster, en un ambiente propicio a sus habilidades acrobáticas, y su buen amigo de profesión circense Nick Cravat los encargados de transmitirnos con gran energía las vicisitudes de los temidos filibusteros.

Estupendo trabajo de dirección artística para revivir la ambientación de la época y buena realización por parte de Robert Siodmak en un film lleno de humor (con anacronismos incluídos) y enérgica acción que rara vez pierde intensidad.

El temible burlón es una película realmente entretenida, llena de humor, si bien hay algunos momentos serios que por suerte no duran demasiado. Desde el motín y el abandono en el mar del capitán pirata hasta el momento con los bucaneros nadando por debajo del buque inglés y tomando por sorpresa a los marineros. 
Narrativamente muy ágil y muy moderna para su época, con todo el despliegue de medios que Hollywood hacía en aquél entonces, y con la sonrisa respladesciente de Burt Lancaster más brillante que nunca.

Si os gustan las películas de piratas y aventuras, pasareis un buen rato.





El oro de Mackenna (MacKenna's Gold) (1969)

   

Dirigido por J. Lee Thompson
GUIÓN
Carl Foreman (basado en una novela de Will Henry)
MÚSICA
Quincy Jones (con un tema de José Feliciano)



REPARTO
Gregory Peck, Omar Sharif, Telly Savalas, Eli Wallach, Burgess Meredith, Edward G. Robinson, Lee J. Cobb, Raymond Massey, Anthony Quayle
Sinopsis:
Un grupo numeroso y heterogéneo de personajes buscan una veta de oro que según la tradición custodian los espíritus de la tribu apache. Un bandido cree que el sheriff Mackenna conoce el lugar y le obliga a llevarles. La codicia y rivalidad de los integrantes del grupo provoca sangrientos enfrentamientos que van mermando el número de expedicionarios.


Un entretenido western que reúne los mejores elementos del género. Acción trepidante, bandidos, indios, lucha y tiroteos. Muy adecuada para los aficionados al género. 
La banda sonora, de Quincy Jones, cuenta con una canción inolvidable de José Feliciano. 
Tiene un excelente plantel de intérpretes secundarios, como Lee J. Cobb, Edward G. Robinson o Eli Wallach.
El paisaje de Nuevo México-Arizona nos hace recordar a John Ford, y la canción con José Feliciano..."...oh viejo buitre..." es sencillamente genial y entrañable. Los FX son curiosos, la trama de partida es fascinante pero el guión está mal rematado.

Os dejo también las versiones en español e inglés que del tema de José Feliciano aparecen en la película.


versión en español
http://www.youtube.com/watch?v=6Mhgfndus6Y&feature=relmfu

versión en inglés
http://www.youtube.com/watch?v=lIc092z1Uag 



Indiana Jones: En busca del Arca perdida (Indiana Jones: Raiders of the Lost Ark) (1981)


    

Dirigida por Steven Spielberg, con guión de Lawrence Kasdan (Historia: George Lucas & Philip Kaufman) y música de John Williams.

Combinación perfecta para conseguir un exitazo, así fue.
Obtuvo varios oscars:
1981: 4 Oscars: montaje, dirección artística, sonido, efectos especiales


Año 1936. El Dr. Jones es un profesor de arqueología, dispuesto a correr peligrosas aventuras con tal de conseguir valiosas reliquias históricas. El gobierno estadounidense le encarga la búsqueda del Arca de la Alianza, donde se conservan las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés. Según la leyenda, quien las posea tendrá un poder absoluto, razón por la cual también la buscan los nazis.

Con este sencillo argumento inicial el cine de aventuras se reinventó de la mano de Spielberg, el director más listo del Hollywood moderno. Supuso también el salto al megaestrellato del gran Harrison Ford. 

Ya un clásico del cine moderno, esta primera entrega es una entretenidísima y trepidante aventura, deudora del cómic y las historietas gráficas, con magníficas escenas de acción muy bien logradas y donde la acción, la diversión y la intriga se combinan magistralmente para regocijo de toda la familia. 

Se le critica que el director se dedica a producir una obra de consumo masivo, de poco contenido de fondo, llegando al extremo de reducir la historia al simple entretenimiento sin otro factor coadyuvante que contribuya a enriquecer el filme en términos generales. 
No estoy de acuerdo con esta crítica pues creo que el film es lo que es, una extraordinaria película de aventuras. 

No exagero si digo que mucho de mi generación empezamos a ver el cine con películas como esta y la saga de la guerra de las galaxias.



EL cebo (Es geschah am hellichten Tag) (1958)

     


Dirigida por Ladislao Vajda (director húngaro, asentado en España en los años 40).

El guión es una adaptación de una novela de Friedrich Dürrenmatt, el cual intervino también en el guión de la película.
Oso de Oro en 1958 del Festival de Berlín (Sección oficial de largometrajes)


El cebo es una película sobria, intensa, angustiosa y compacta. Sin duda pertenece a la media docena de obras maestras que ha dado al cine el hoy tan sobado subgénero de los filmes con serial-killer, cuya lista encabeza El vampiro de Düsseldorf (1931) de Fritz Lang y que cierra (por el momento) El silencio de los corderos (1990) de Jonathan Demme. 

Está contada con un admirable pulso narrativo: si alguna vez puede decirse verdaderamente que no sobra ni falta un plano es desde luego en esta película. Pero su sólida concisión está hecha de apasionantes contrastes: habla de lo más brutal pero expresa lo más tierno, conserva siempre la serenidad del relato pero suscita un terrible desasosiego, prescinde de efectismos pero nunca de ser efectiva, nos asoma al peor de los abismos y nos reafirma sin aspavientos en la solidez del amor humano, en una palabra: cuenta la verdad del horror sin hacernos perder la fe siempre amenazada en lo que merece la pena de la vida. Nos revela enseguida al asesino pero eso no desmorona la intriga sino que la redobla convirtiéndola en inquietud, como sucede en el mejor Hitchcock.

Esta película nos vacuna contra la tentación de confundir lo chorreantemente crudo con lo emocionantemente auténtico. 

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