LA CAÍDA DEL MURO

Y la libertad llegó también a Europa Oriental


Todos recordamos lo que estábamos haciendo en las fechas más significativas de nuestras vidas, 21 de Julio de 1969, el 11 de Septiembre de 2001, el 11 de Marzo del 2004 y por supuesto el 9 de Noviembre de 1989.

El 9 de noviembre de 1989, cincuenta años después de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, pasó a los anales de la Historia como una fecha clave: el muro de Berlín, construido en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, caía dinamitado por la explosión del fracaso del sistema comunista en la Europa Oriental. La marea de los refugiados alemanes en las Embajadas de la RFA en Polonia, Hungría, Checoslovaquia... terminó por ser más fuerte que el hormigón de Berlín.

Ese día para todos aquellos que todavía, ingenuos ellos o alguna cosa peor, pensaban que la utopía del socialismo real tenía algún tipo de superioridad sobre la democracia liberal occidental fue el final del mito.

Todavía existen algunos individuos, a medio camino entre necios e insensatos que a día de hoy se piensan que en esos países y antes de la caída del muro se vivía mejor. Entre ellos cabe destacar al inefable Alberto Garzón, que hace unos años, cuando no era nadie apuntaba a comunista razonable y ahora que es menos que nadie se ha quedado en proyecto de bedel de la sede de Podemos en Madrid.

Pero obviando ese tipo de nostálgicos, creo que una de las cosas de las que en el mundo libre y democrático podemos estar más orgullosos es de haber derrotado y desenmascarado a esa forma de ejercer el gobierno (tiranía) sobre los ciudadanos que oculta bajo la frase de "el poder para el pueblo y por el pueblo" esclavizo a buena parte de la humanidad durante unos 70 ominosos años.

Como reflejo de esa importancia se puede ver en esta imagen sacada de aquellos días, la gente loca de contenta frente al muro, ahora si que el pueblo había tomado el poder.

Yo estaba esa noche en el piso de Aluche que compartía con unos compañeros, estudiantes universitarios como yo, y emocionados todos seguimos las imágenes que nos llegaban por la televisión, estaba por entonces reciente la aparición de las cadenas privadas, la alegría era para mí inmensa pero pude comprobar como alguno de mis compañeros, Alberto para más señas, no terminaba de creérselo condicionado quizás por haber mamado por muchos años la supuesta superioridad moral de esas ideas políticas. Ese compañero fue el que más tiempo se quedó por la noche, puede que lo necesitar para asimilarlo y fue en los sucesivos días bastante parco en sus opiniones, cosa que en el caso de mi amigo Paco y yo no sucedió pues eramos conscientes del paso tan importante que se había dado.     

Era y será por siempre uno de los mejores momentos que me ha tocado vivir.

UN saludo y nos leemos