“Lo que los políticos tienen que aprender de los
ciudadanos”
No conozco a este ciudadano andaluz, pero tras leer su carta abierta, llena de sentido común y de hartazgo por los políticos, que no por la política, os la hago llegar para que reflexionemos sobre lo que pasa en este país nuestro que es España.
Juan Manuel Jiménez es un escritor y médico malagueño que
ha publicado en su muro de Facebook una carta abierta a Pablo Iglesias, líder
de Podemos, para señalarle lo que a su juicio son las causas por las que un
partido de extrema derecha como Vox ha irrumpido en el Parlamento andaluz tras
las elecciones celebradas este domingo. Pues lo que nadie se puede creer es que hayan aparecido por generación espontánea 395 mil fascistas en Andalucía de la la noche a la mañana.
A continuación se reproduce íntegro el texto de la
carta abierta de Jiménez a Iglesias:
Carta abierta a Pablo Iglesias
"Hoy,
a tan solo unas horas de que el pueblo andaluz haya dicho ¡BASTA YA! a 40 años
de Régimen Monocolor, cuando las trituradoras de papel están echando chispas en
todos los despachos de la Administración andaluza y cuando Pablo Iglesias anda
en Madrid, estupefacto, preguntándose qué coño habrá pasado aquí para que el
avance fascista haya sido tan rotundo, yo le voy a dar unas claves para que
reflexione.
Mire usted, señor Iglesias. Vivo a temporadas en un pueblecito de
Málaga que se llama Sedella. Son pocos habitantes en Sedella, pero magníficas
personas. Tendría usted que conocer el pueblo. Por sus gentes, por su
gastronomía y por sus vistas a la Tejea.
Yo le invito a mi casa. También a
Irene.
Sedella tiene un alcalde de Izquierda Unida porque 6 de sus 7 concejales
son de Izquierda Unida. Y la gente quiere a su alcalde porque da trabajo y
porque se preocupa por el pueblo. Ningún concejal de Vox hay por allí que pueda
molestarle a usted, señor Iglesias. Nadie de Ciudadanos. Nadie del PP. Nadie de
derechas que deba quitarle el sueño. Son unos rojos mis paisanos de Sedella.
Unos rojos irredentos. Unos rojos de cojones.
Pero mire usted por dónde hace
unas horas, como por ensalmo, se me han vuelto fascistas mis paisanos, o medio
fascistas. 109 votos han ido al Partido Socialista y a Podemos, y otros 105 se
han marchado a Vox, al PP y a Ciudadanos.
¿No le asombra eso, señor Iglesias?
¿No le dice nada que un pueblo de rojos se haya convertido en facha de la noche
a la mañana? ¿Sigue pensando usted que hay que "salir a la calle para
combatir el fascismo"? ¿Cree necesaria una marcha con el lema "No
Pasarán? ¿No se da cuenta, señor Iglesias, de que ese supuesto fascismo ha
nacido de las propias filas de usted y del Partido Socialista, de sus propios
errores, de sus propias contradicciones, y de tanto tocarnos los cojones al
conjunto de la sociedad?
Mire usted, señor Iglesias:
Cuando usted dice que no
puede pronunciar la palabra España porque le duele la boca, nace un fascista.
Cuando usted grita ¡Visca Cataluña Libre y Soberana!, nace un fascista.
Cuando
usted se va a una cárcel a negociar los presupuestos nacionales con unos
investigados por sedición, nace un fascista.
Cuando usted predica pobreza y
sobriedad pero se compra un chalé, nace un fascista.
Cuando una parlamentaria
de Podemos retira la bandera española del Parlament Catalán, nace un fascista.
Cuando Ada Colau dice que ha votado Sí a la Independencia Catalana en un
referéndum ilegal, nace un fascista.
Cuando usted y los suyos hacen parabienes
de Chaves y Maduro, nace un fascista.
Cuando Pedro Sánchez y usted se reparten,
como cromos, los puestos directivos de Radiotelevisión Española, nace un
fascista.
Cuando usted se lleva las manos a la cabeza porque un inmigrante
ilegal murió de un infarto en Lavapiés, pero no se las lleva cuando asaltan en
grupo la valla de Melilla, nace un fascista.
Cuando le tiran excrementos a
nuestra policía de frontera y usted no dice nada, nace un fascista.
Cuando a
Pedro Sánchez lo encumbran a la Presidencia del Gobierno los votos de usted, y
los de Bildu, y los de Gabriel Rufián, nace un fascista.
Cuando escupen los
independentistas a Borrell, y usted se calla, nace un fascista.
Cuando Susana
Díaz dice que la huelga de los médicos catalanes le parece justa y necesaria,
pero que la de los médicos andaluces es cosa de personas de derechas, nace un
fascista.
Cuando un andaluz tiene que esperar 10 meses una colonoscopia y
luego, tras hacérsela, resulta que tiene un cáncer de intestino, nace un
fascista.
Cuando un andaluz va a la farmacia y hay desabastecimiento, nace un
fascista.
Cuando a un maestro andaluz le pegan, o le insultan, y la izquierda
no dice nada, nace un fascista.
Cuando a una auxiliar de enfermería andaluza le
arrojan una escupidera de orines a la cabeza, y la izquierda no dice nada, nace
un fascista.
Cuando en las aulas se les obliga a los niños a estudiar temarios
tendenciosos, nace un fascista.
Cuando Susana Díaz dice que la Gürtel estuvo
mal pero que los ERE fueron una tontería, nace un fascista.
Cuando un puñado de
altos cargos socialistas se va de putas con el dinero de los andaluces, nace un
fascista.
Cuando Pedro Sánchez dice ayer que lo ocurrido en Cataluña es una
rebelión, y dice hoy que solo es una sedición, nace un fascista.
Cuando Willy
Toledo se caga en Dios y la izquierda progresista le ríe la gracia, nace un
fascista.
Cuando un cómico se suena los mocos en la bandera española y la
izquierda progresista lo defiende, nace un fascista.
Cuando Ada Colau, sin
despeinarse, dice que un almirante español del siglo XIX era un fascista, nace
un fascista.
Cuando Podemos de Zaragoza organiza unas Jornadas Antifascistas e
invita como ponente a una exterrorista de Terra Lliure que asesinó a nueve
personas, nace un fascista.
Pues eso, señor Iglesias. Ya no le canso más. Busque
usted a los fascistas en las propias sedes de Podemos.
Y que Susana Díaz y
Pedro Sánchez los busquen en las sedes del Partido Socialista.
Pues quien
siembra vientos, recoge tempestades.
Y se cría lo que se come.
Y algunas
junteras no son buenas.
Y todos los fascismos tienen, o han tenido, un motor
desencadenante.
El fascismo de Mussolini nació por la depresión económica y el
paro de los años treinta. El de Hitler, por la depresión económica europea y la
humillación de Alemania tras la Primera Guerra Mundial.
Y el fascismo de ahora,
ese que todos tememos, ese que nadie queremos, ese que vemos esparcirse como
una mancha de aceite por Europa, hunde sus raíces en la falta de luces de la
socialdemocracia europea y en trepas como usted, señor Iglesias, a quienes lo
único que les interesa, para lo único que han venido a la política española, es
para cargarse la Constitución de 1978 y para ponernos como ejemplos a seguir
otros paraísos caribeños. Bueno, y para comprarse un casoplón.
Así que, señor
Iglesias, ahórrenos ahora llantos y lamentos en las calles. Ahórrenos
barricadas y carreras policiales. La movilización ha de hacerse antes de ir a
las urnas, no después, cuando no gusta el resultado. Eso, al menos, es lo que
dicen los verdaderos demócratas.
Deje tranquila a Andalucía por cuatro años, y
veamos todos, al menos por una vez, qué saben hacer, por estas maltratadas
tierras, Ciudadanos y el PP.
Y si dentro de cuatro años no nos gusta lo que
hacen, si montan otro cortijo de otro color o si la gente sigue esperando diez
meses para una colonoscopia, haremos como hemos hecho ahora con el cortijo de
Susana: mandarlo a hacer puñetas, y a otra cosa, mariposa."
Pues eso, precisamente, es lo que me encanta de la
democracia: que nunca damos los votos. Tan sólo los prestamos".
Así termina la carta y me dejó bastante impactado
Un saludo y nos leemos
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