LA IGLESIA DE SANTA MARÍA DE MELQUE (TOLEDO)
La Iglesia de Santa María de Melque se encuentra en el término municipal de San Martín de Montalbán en la provincia de Toledo (España).
Lo primero que nos llama la atención es el lugar donde se encuentra en un paraje solitario y aislado, rodeado de encinares, allí encontramos la iglesia de Santa María de Melque, único resto de un monasterio que fue fundado en el siglo VII coincidiendo con el final del reino visigodo. Se sabe, por las excavaciones que se han llevado a cabo en el entorno, que su antigüedad como lugar de culto se remonta a los celtíberos.
La piedra es la gran protagonista de Melque, los bloques son grandes y pesados, proporcionando al conjunto un aire de pesada solidez en la más pura tradición tardorromana. Pero es el estilo lo que hace de ella una iglesia original y legendaria, pues nos indica influencias de templos de Siria o Jordania, de los lugares donde nació propiamente el Cristianismo y las corrientes gnósticas.
Al penetrar en el interior de la iglesia esa sacralidad, que ya nos rodeaba en el entorno se respira en cada rincón del recinto. La práctica ausencia de decoración, la planta de cruz griega, y sobre todo, la iluminación solar que se filtra a través del cimborrio y de los gruesos muros y que no parece responder a la casualidad nos invita al recogimiento y ha reflexionar el motivo por el que un recinto de ese tipos se construyó precisamente allí.
Puede que el vecino castillo templario de Montalbán nos pudiera dar alguna pista; la tradición asegura de la existencia de túneles que comunicaban ambos recintos
Las cámaras situadas a ambos lados del ábside central que fueron añadidas posteriormente quizás tuvieron una finalidad funeraria, al igual que las tumbas antropomorfas encontradas en el exterior, o el arcosolio del extremo sur del crucero. ¿Quién estuvo enterrado en esta tumba sin nombre? Todo sugiere que Melque pudo ser en un principio un mausoleo destinado al enterramiento de un alto personaje del Reino Visigodo de Toledo.
Por no hablar de su desaparecida virgen negra, SANTA MARÍA DE MELQUE, ¿de la leche?, ¿acaso la misma leche que la leyenda hizo caer en los iniciaticos labios de San Bernardo de Claraval, padre de la milicia templaria?
Fue con la invasión mulsumana cuando aparece la leyenda sobre el devenir de la mesa, a la que se conferían propiedades mágicas y que en última estancia su importancia estaba en el carácter litúrgico de la pronunciación por el Sumo Sacerdote hebreo del "sema-semaforhas" la fórmula y entonación del nombre divino sobre la cúal se sustenta el mundo y se ordenan todas las jerarquias celestiales.
Es entonces cuando ante la inminente caida de Toledo todo apunta a que el tesoro Visigodo, que no olvidemos que estaba formado por el tesoro real , puramente material, y el tesoro auténtico, que eran los objetos que conformaban la identidad de un pueblo eminentemente nómada, hubo de ponerse a buen recaudo y así en dirección a los montes de Toledo se encontraron soterrados los restos del conocido "tesoro de Guarrazar" ( Guadamur), joyas, enseres, coronas votivas etc., que los visigodos pudieron esconder en precipitada huida formando parte del llamado "tesoro real". Entonces, ¿no sería descabellado que en la misma dirección apenas distante unos kilómetros pudiera ser Santa María de Melque el lugar destinado o improvisado para guarnecer el tesoro auténtico?
FUENTE: http://www.leyendasdetoledo.com
Todas estas historias, o leyendas se encuentran alojadas entre esos
muros,
entre esas piedras que al pasear por ellas nos producen un temblor
inconsciente, ¿será solo el frío del lugar deshabitado? o ...
hay algo más ahí ...
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