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domingo, 13 de octubre de 2013

RÉPLICA AL POST "ERASE UNA VEZ ... (parte 2º)



Como respuesta a mi post sobre la II República parte segunda y con el ánimo de confrontar ideas, os dejo este comentario de un lector donde se me replica algunas de las cosas que yo dije y que por el interés que tiene paso a reproducir íntegramente.

Si lo que pretendes decir es que no nos hemos leído la constitución de la II República, te equivocas. Después de más de 40 años de censura y unas cuantas décadas de olvido forzado debido a "la-constitución-que-nos-dimos-todos-los-españoles", alguien tuvo la buena idea de reimprimirla, y muchos la tenemos desde hace tiempo, y la hemos leído. Conocemos bien sus leyes, no porque nos las hayan enseñado en las democráticas y libres escuelas de la España actual, sino porque circularon siempre en la clandestinidad y llegaron hasta nuestros días. En todo caso, varias reflexiones desde el conocimiento de la República, el fascismo y la monarquía del último siglo (no aprendido, por cierto, en un instituto donde la historia terminaba siempre con la vuelta de Fernando VII "El Deseado" (sic) a Madrid, y lo único que parecía existir eran las glorias del Imperio):

Anacronismos históricos. A mí lo que me encanta de tus textos es que parece que la II República cayó del cielo, que no hay contexto histórico ni político de España, y que el resto de países del mundo vivían en una democracia formal del s.XXI con todos los derechos de los que ahora disfrutamos.... Es como si el colmo de todos los males fuese la República, y todo lo demás fuese hiperdemocrático y fantástico, como si en la época todos fuesen buenos menos la República Española. ¿Cómo era la legislación de los "países libres" europeos en cuanto a censura y libertad de expresión en la época? Me da la impresión de que aplicas tus valores actuales (tu moralidad) al tiempo pasado, y tratas de leer la historia con este método. Así, es como si acusásemos de apología del terrorismo a los propagandistas de la rebelión comunera en Castilla a principios de s.XVI, o como si dijésemos que los soldados que defendían el califato omeya de Córdoba de las tropas de los reinos cristinanos de la península eran unos fundamentalistas islámicos porque seguramente gritaban "Alá es grande" cuando iban a la batalla, o que Isabel la Católica era una guarra porque lavarse era costumbre musulmana y en la época se trataba de ser muy, pero que muy católicos, o que los soldados de Napoleón eran unos asesinos porque mataban a los soldados de la Coalición en las guerras napoleónicas. Bajo este paraguas del anacronismo que presentas, me llaman la atención dos cosas:      

- Los límites a la libertad. Es curioso, porque la definición de libertad que dan la mayor parte de los filósofos, especialmente los filósofos del s.XVIII de los que parte la teoría política que impulsó la creación de repúblicas frente a monarquías tras la revolución violenta en Francia de 1789 (mi libertad acaba donde comienza la de los demás, citando a Kant), propone que la libertad tiene límites, lógico.... Si no, sería otra cosa (¿libertinaje?). La libertad siempre ha tenido límites. Los derechos fundamentales de la constitución de 1978 (Título I) están regulados legalmente, es decir, tienen límites legales que hay que respetar. Tienes la misma confusión que el tipo este de la Tragedia de los Comunes (G.Hardin), que confundía la propiedad común (regulada por reglas de acceso y con régimen de exclusión hacia los que no son de la comunidad) con la propiedad abierta (sin reglas y abierta al que pase por allí o se lo quiera apropiar). Es curioso, porque hoy día la libertad también tiene límites. Yo no puedo hacer una manifestación en Madrid si Cristina Cifuentes no quiere, no puedo hacer una campaña publicitaria con un determinado mensaje si el ayuntamiento no quiere, yo no puedo reunirme públicamente con más de 8 personas en las calles de Madrid si Cristina Cifuentes no quiere, yo no puedo asistir a las sesiones del Congreso de los Diputados (supuesta sede de la soberanía popular en España) si un partido político con representación parlamentaria no me invita, no puedo hablar en el Congreso, no puedo escribir en un medio de difusión público que Juan Carlos I es un vividor que le lamió el sable demasiado tiempo a Franco porque si no me secuestran el medio o me llaman al orden vía judicial, etc., etc., etc., etc....  

- La censura y la libertad de expresión. Como ya te he dicho, habría que ver cuál era la legislación sobre censura y libertad de expresión en países análogos a España de la época, pero bueno... Me encantaría que comparásemos la "estricta" legislación "contra la libertad de expresión" de la II República (1931-1939) con la maravilla de Código Penal que tenemos hoy en la España democrática, europea y libre del s.XXI (2013), donde existen delitos, por poner ejemplo que me vienen a la cabeza rápidamente, como "apología del terrorismo", "injurias a la corona" o "autoría intelectual", que violan cualquier principio legal básico de un código penal, donde se supone que la gente va a la cárcel sólo si ha hecho algo, no si lo ha pensado o expresado verbalmente. Y efectivamente, dentro de los derechos básicos está el de no pasar censura previa (habría que ver en la época de la república cuántos países ejercían censura previa, pero bueno), pero para enteder la realidad de este "derecho" sería interesante comparar la práctica periodística de la época con la de hoy. Una diferencia fundamental que veo es que hoy quien ejerce la censura no es el Estado, directamente es el propio periodista, según el temor que el Estado le produce. El periodista no se atreve a tocar determinados temas porque te secuestran la revista (el Jueves, por poner un ejemplo que no te suene "al entorno") o porque puedes sufrir problemas, como los reporteros que se atreven a documentar las redadas racistas de la policía o las agresiones policiales a manifestantes en Madrid, y que han sufrido desde agresiones con parte de hospital incluído hasta secuestros de material (leasé rotura de la cámara y destrucción de las fotos) o noches "de pasión" en comisaría (uy, que aunque ahora no haya censura de eso no se puede hablar, o son casos aislados...).

Por lo general, todos los regímenes políticos de la historia han establecido reglas para defender su existencia frente a aquellos que pretendían su desaparición, incluído el moderno y europeo Reino de España, desde reglas militares hasta limitaciones de los "derechos" que tenían las personas que estaban adscritas al régimen en cuestión. En la época de la República la censura era algo habitual en el contexto europeo, por lo que aunque no me gustase la censura entiendo que la República ejerciese la censura. Hoy día, la censura explícita no es habitual en el contexto europeo, por lo que no me gusta cuando se utilizan subterfugios para censurar o directamente criminalizar determinadas opiniones políticas, y dado que entre los valores modernos está que la censura es algo negativo, es lógico que hoy día luchemos contra la censura.

La mayor parte de los autores que citas han escrito mucho sobre el alzamiento fascista y la guerra que provocó. Entiendo que recomendándonos leer algunas de estas obras (la de Thomas, algunos libros de Payne y de Jackson los tengo y los he leído) no estarás diciendo que la República tendría que, en tiempos de guerra, haber garantizado el derecho a la libertad de opinión sin censura, y haber dejado libertad de acción a todos los fascistas que utilizando cualquier medio trataron, y posteriormente consiguieron, gracias a la ayuda del fascismo europeo y la pasividad, cuando no connivencia, de las "democracias" occidentales, derribar el gobierno republicano..... Supongo que no estarás diciendo eso, ¿verdad? Es que sería, como mínimo, ingenuo. 

Así que, en analogía a lo que tú dices, antes de lanzar propaganda, vamos a ser rigurosos.


Me ha llegado el momento de empezar a trabajar, por lo que las contraréplicas a estos dos comentarios tendrán que esperar un poquito tiempo.

Un saludo y nos leemos (espero que pronto)

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